Antonio es camionero. Normalmente los días que no está con su camión de 26 tn en algún rincón de Europa coincido con él en el Carballeira 3, allí el almuerza copiosamente mientras yo ojeo mi periódico y tomo un cortado descafeinado.
Ayer estaba más serio que de costumbre , le contaba a Manolo, el camarero, lo que le había ocurrido en su último viaje. Volvía de Eslovaquía , ya estaba cerca de Figueres y decidió parar en una área de descanso de la autopista, solamente quedaba 1 hora y media para llegar a Barcelona pero estaba a punto de sobrepasar el límite permitido de horas de conducción y no podía a arriesgarse a que le pararan los Mossos, la multa se la pagaba la empresa pero con el nuevo sistema de puntos él también salía perdiendo.
En el área de descanso un hombre que hablaba francés le pidió ayuda para arrancar su viejo pero bien cuidado 2CV, mientras empujaba sin obtener resultado víó como se colaba alguíen en la cabina de su camión. Corrió hacía allí todo lo rápido que sus 98 kilos de masa corporal le permitieron y justo cuando estuvo ante la puerta el sujeto saltó de la cabina , Antonio le golpeó en el aire y consiguio desequilibrarlo y antes de que iniciara la carrera de huída consiguió darle la primera patada, después de la segunda el "chorizo" ,explicaba Antonio, aún consiguió lanzar el móvil que había encontrado en el interior del camión al otro lado de la valla de la autopista donde un hombre cuarentón gritaba fuera de sí lo que parecía que eran insultos en algún idioma eslavo. Lo que le extrañó más fué que parecía que todos esos insultos no iban dirigidos a él sino a la persona que se suponía que era su cómplice que, tras la tercera patada de Antonio, fué, ahora sí, a dar con su cara en el suelo.
" Y entonces, después de unos segundos quietos los dos jadeando, sin saber que hacer, se gira... yo ya le iba a dar la última patada en todos los morros, que de mi no se rie nadie, tu lo sabes Manolo, pero.... era una cría ! , no tenía más de diecisiete o dieciocho años, le sangraba un labio y tenía rasguños en la cara, recuperé mi cartera y la chica se fue corriendo, pero lo que más me sorprendió fue que en ningun momento, en ninguno , ni mientras le di las patadas , ni mientras me miraba sin pestañear, se quejó o dijó alguna palabra , y le di duro, ahora lo siento.... pero le di muy duro...."
" Seguramente le tenía más miedo al tipo que estaba al otro lado de la valla que a ti", dijo Manolo sin dejar de servir cañas .
Salió Ronaldinho llorando en televisión y alguien que no era del Barça lo criticó , todos en el bar lo abuchearon.
Antonio también.
A.Paragot